miércoles, 26 de marzo de 2008

Cáceres: de más a menos

Siempre he sido una enamorada de mi tierra, de Extremadura. Allá donde he ido, donde he viajado, he procurado que todo el mundo se enterara que nací en tierra de conquistadores: bella, grande y poco explorada por muchos. Aquel que disfrute con la belleza, deberá reconocer que Extremadura la desprende por todos sus poros, regalándonos tanto en el norte como en el sur, en el este o en el oeste, rincones preciosos que nos hacen viajar a otras épocas y que nos transmiten tranquilidad, sosiego, paz y armonía.
Pero por encima de mi tierra, siempre he defendido mi ciudad: Cáceres. Soy una cacereña de pro, poco conformista y creo a día de hoy, que Cáceres desde hace unos meses se ha convertido en una ciudad que va de más a menos.
Desde hace unos meses, mi ciudad se ha paralizado. Muchos pueden afirmar (de manera muy desafortunada) que esta afirmación es partidista, pero no es así. Mis palabras nacen de la rabia e impotencia de una cacereña, que en estos momentos deja las ideologías políticas a un lado, para contar la realidad. Nunca comprenderé porque cuando se cambia de gobierno en un país, en una región, en una ciudad o en un pueblo, hay que paralizar proyectos u obras programadas y presupuestadas, en este caso en el ejercicio del 2007, simplemente por el hecho de ser de unas personas con una ideología distinta las que hoy gobiernan.
A Cáceres se le han paralizado sin explicación alguna, proyectos de gran interés y obras muy importantes y necesarias: como la reforma del Paseo de Cánovas, de la Avda. de la Montaña, o la creación de barreras de ruido en el residencial El Arco. En los barrios se ha dejado de invertir porque lo que ya estaba presupuestado, era obra del PP. Muestra de ello, es que ya no se sabe nada de los fondos destinados a la remodelación de Llopis Ivorra, Angelita Capodeville, Las 300, o la segunda fase del Parque de Santa Lucía en Aldea Moret. Mientras, sigue en el olvido la ampliación de la Avda. de La Constitución y, en San Blas el edificio de El Refugio está abandonado, a pesar de que hay fondos para convertirlo en un Centro de Información Turística.
Nuestros mayores siguen esperando a que se lleven a cabo las obras de la Casa del Mayor en la calle Barrionuevo, que curiosamente se pararon cuando se cambió de gobierno. Y así podría seguir, enumerando y enumerando… pero lo que realmente me preocupa es la paralización del PGM y de proyectos tan importantes como El Corte Inglés, Centro Comercial de La Calera, el nuevo hotel de la rotonda de RENFE, el Centro de Ocio del antiguo matadero, etc… proyectos que proporcionarán, sin lugar a dudas, unos beneficios económicos y laborales para todos los cacereños, que se notaran de una manera rápida y relevante.
Con esta parálisis, sólo me queda por afirmar que de unos meses hasta ahora, Cáceres va de más a menos. Esto es sólo una llamada de atención, una opinión de una cacereña que quiere lo mejor para su ciudad. No podemos olvidar, que debemos ser exigentes con nosotros mismos y, que debemos luchar por un gran desarrollo y crecimiento en todos los campos, si queremos que Cáceres logre ser Capital Europea de la Cultura en el 2016.